Después del parto, es normal tener cambios de humor, llorar, estar irritable y distraída por los cambios hormonales y el gran reto emocional que implica volverte mamá, pero si los síntomas son demasiado intensos y se prolongan durante meses, es importante que pidas ayuda.
Muchas madres se sienten tan avergonzadas de estar deprimidas que prefieren no recurrir a nadie, pero esta condición puede interferir con la seguridad de tu bebé. No obstante, con un tratamiento adecuado te puedes sentir mucho mejor.
Los síntomas de la depresión posparto son:
-Ánimo deprimido y cambios de humor severos.
-Llanto excesivo.
-Dificultad para relacionarte con tu bebé.
-Irritabilidad pronunciada.
-Aislamiento de la familia y amigos.
-Pérdida de apetito o comer demasiado.
-Insomnio o sueño excesivo.
-Dificultad para pensar claramente y tomar decisiones.
-Indiferencia ante actividades que antes disfrutabas.
-Ansiedad severa o ataques de pánico.
-Pensamientos recurrentes de lastimarte o lastimar a tu bebé.
Si tienes estos síntomas, solicita a tu pareja, familia o amigos su apoyo para cuidar de tu bebé mientras buscas ayuda con especialistas en salud mental: un psicoterapeuta y un psiquiatra pueden apoyarte en este difícil momento reduciendo o eliminando tus síntomas.