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Cómo hacer eructar a un bebé: tips y consejos

Mamá ayudando al bebé a eructar
Tiempo de lectura: 2 minutos

Un recién nacido requiere de cuidados básicos muy sencillos, pero los padres primerizos en ocasiones no los conocen. Cuidar a nuestro bebé tiene mucho que ver con el instinto materno y poco con técnicas específicas rígidas. Esto se descubre pocas semanas después del parto, cuando la mamá intuye cuál es el motivo del llanto del bebé, ha aprendido a bañarlo, la lactancia no resulta en lo mínimo complicada y domina el cambio del pañal a la perfección. 

Todo esto sucede porque la madre a través de la repetición ha adquirido la experiencia necesaria y confía más en cómo hace las cosas. Uno de los aspectos que requiere ensayar de diferentes formas para encontrar la más cómoda y adecuada, tanto para los padres como para el bebé, es sacar el aire de su estomaguito después de alimentarlo.

Sacar el aire, es decir, hacer eructar al bebé después de que toma su leche tiene una función importante. Al alimentarse, los bebés tragan aire que se acumula en su estómago y puede causarle molestias e incluso dolor; algunos especialistas relacionan esto con el cólico del lactante

Eructar les ayuda a expulsar este aire acumulado y le hacen sentir más cómodos y tranquilos, además de que abre espacio en su pancita para continuar alimentándose. Eructar con frecuencia durante y después de la alimentación también ayuda a los bebés que tienen reflujo gastroesofágico o regurgitan con frecuencia. 

Se sabe que los bebés amamantados suelen necesitar eructar menos. Y es que, cuando el agarre y la posición son las correctas, el pecho permite que las encías del nene se adapten perfectamente al borde exterior de la areola, produciendo una succión muy eficaz e impidiendo que el aire entre a su pancita. 

Cada bebé es diferente y no todos necesitan eructar después de cada toma de leche. Los padres notarán cuando el bebé tiene aire en el estómago porque parece estar incómodo o molesto durante o después de su alimentación; se retuerce, suelta el biberón o el pecho o empieza a llorar. Probablemente ese sea el momento para hacer una pausa y ayudarle a eructar. 

Por lo general se sugiere hacer eructar al bebé amamantado al cambiar de pecho y al final; en bebés alimentados con biberón se sugiere hacerlo después de cada dos onzas de leche, o si padece reflujo, hacerlo en cada onza. Existen en el mercado biberones y mamilas especialmente diseñadas para evitar que entre aire al estomaguito del bebé y pueden resultar de utilidad.

Hay tres posiciones básicas que resultan efectivas para que el bebé eructe, cada mamá puede experimentar y elegir la que le resulte más cómoda a ella y a su bebé:

-Con el bebé recargado sobre tu pecho de modo que su barbilla quede apoyada en tu hombro, dale un suave masaje o palmaditas en la espalda hasta que expulse el aire. 

-Sentado sobre tus piernas e inclinado un poco hacia delante, sostén su pecho y cabeza con una mano y con la otra dale suaves palmaditas en la espalda.

-Recostado bocabajo en tus piernas con la cabeza ligeramente más elevada que el cuerpo, dale un masaje o suaves palmaditas en la espalda.    

Si después de dos o tres minutos no ha eructado, probablemente no lo necesita. Si parece muy molesto, llora sin que sea posible consolarlo o se niega a alimentarse, es importante consultar a su pediatra. Nunca des medicamentos al bebé si no es bajo supervisión médica.

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