Una gripa o una infección de las vías respiratorias generalmente es un inconveniente menor para la mayoría de los adultos; sin embargo, si nuestro bebé se enferma siempre resulta más complicado. Debes saber que existen muchos tipos de infecciones de las vías respiratorias. Algunas pueden ser cortas y menores, otras muy graves con síntomas como dolor o fiebre. Esto depende de muchos factores, entre los que podemos mencionar, el microorganismo que está provocando la infección, el estado del sistema inmunológico o la edad.
Por eso es muy importante que protejas a los pequeños, que son los que están más expuestos y corren un mayor riesgo de presentar complicaciones derivadas de la gripe, como bronquitis, neumonía, sinusitis e infecciones de oído.
LOS RESFRIADOS
Virus y bacterias son dos tipos totalmente diferentes de microorganimos y nuestro cuerpo tiene estrategias de defensa muy distintos para cada uno, pero ambos pueden causar fiebre.
Un resfriado común puede ser causado por más de 200 tipos diferentes de virus y en ocasiones provocar fiebre, congestión nasal, tos y otros síntomas; pero en general, se trata de infecciones autolimitadas.
Cuando un niño pequeño se contagia con un virus, el resfriado puede ser menor y desaparecer en poco tiempo o muy grave como en el caso de la influenza. En algunas ocasiones una infección menor por un virus puede debilitar la resistencia del sistema inmunológico, lo cual da oportunidad a algunas bacterias, como los estreptococos, de reproducirse y generar una infección bacteriana, que puede dar mayores molestias o incluso desembocar en una complicación más grave.
La influenza estacional, en cambio, es causada por un tipo particular de virus que prolifera en invierno y puede causar complicaciones potencialmente fatales, como neumonía, meningitis y sepsis. Por esto es importante vacunar todos los años a los más pequeños contra la influenza.
ESCURRIMIENTO NASAL Y TOS
El escurrimiento nasal, característico de las infecciones de las vías respiratorias, sirve para limpiar por arrastre y eliminar los agentes infecciosos. Su color no es indicativo del tipo de microorganismo que causa la infección. La tos, por otra parte, tiene la función protectora de evitar que ingresen partículas a las vías aéreas inferiores (tráquea, bronquios, bronquiolos, alveolos) y, por lo tanto, protege de una neumonía.
Debes saber que los antibióticos son capaces de matar bacterias, no virus; que la gran mayoría de las bacterias son benéficas para el ser humano y pocas son las que causan enfermedades. Cada vez que se emplea un antibiótico se modifica y daña el microbiota intestinal, es decir, las bacterias que viven en el intestino y que nos dan múltiples beneficios, entre ellos ser un complemento del sistema inmunológico. Es por esto que es importante no utilizar antibióticos de forma indiscriminada y tratar un catarro o resfriado menor solamente combatiendo los síntomas.
Sin embargo, en bebés menores de tres meses es muy importante acudir al médico así como cuando la fiebre es muy alta, no quiere comer o presenta dificultades respiratorias. Evita la automedicación.
¿Quieres conocer más sobre los cuidados que debes de tener con los pequeños durante la temporada de frío? Te compartimos la siguiente información: Cuidados de los bebés durante el invierno.