Al nacer, el sistema inmunológico del bebé es inmaduro, conforme va adquiriendo anticuerpos a través de la leche materna y otros medios, éste se va fortaleciendo y es capaz de combatir con mayor efectividad a bacterias y virus que agredan su organismo. Es alrededor de los seis años de edad que el sistema inmunológico de un niño ha madurado y es similar al de un adulto.
Durante los meses más fríos, en que el aire está seco y en las ciudades aumentan los niveles de contaminación, las vías respiratorias de los más pequeños se pueden irritar. Aunado a esto, los catarros y las gripes como la influenza están a la orden del día y un bebé, por su propio sistema inmunológico inmaduro, está más expuesto a enfermarse.
En el caso de la salud de los más pequeños, siempre es mejor prevenir, por lo que les compartimos algunos consejos para el cuidado del bebé en esta temporada de frío.
-La leche materna como alimento exclusivo durante los primeros seis meses de vida, es la mejor protección que una mamá puede darle a su bebé, ya que además de la nutrición ideal para su adecuado desarrollo, le ofrece una variedad de elementos inmunológicos que destruyen bacterias, virus y parásitos, defendiendo al bebé de los gérmenes con los que ha tenido contacto.
-Abrígalos sin exagerar; los bebés desde que nacen y hasta aproximadamente los seis meses no tienen la capacidad de conservar la temperatura en su cuerpo, por lo que deben mantenerse más abrigados, ponerles una prenda más de ropa que a los niños mayores es una medida.
-Evita los cambios bruscos de temperatura y las salidas a la calle que no sean estrictamente necesarias.
-No abuses de los calentadores ya que resecan el ambiente, y esto puede provocar que las vías respiratorias del bebé se resequen y se irriten.
-Evita el contacto con multitudes o gente que está enferma, una infección pequeña en un adulto puede resultar en una enfermedad más grave en un recién nacido.
-Aplícale todas las vacunas según la cartilla de vacunación. Quienes están en contacto con el bebé también deben vacunarse contra la influenza.
Lo común es que un niño sano tenga más resfriados o infecciones de las vías respiratorias que cualquier otra enfermedad, y sume ocho o más episodios antes de su segundo cumpleaños.
Los resfríos y las gripas son causados generalmente por un virus, por lo cual los antibióticos no los combaten y pueden tener efectos secundarios adversos. Pero en algunas ocasiones, una infección de origen viral debilita la resistencia del sistema inmunológico, lo cual da una oportunidad para que otros agentes infecciosos, como los estreptococos, los neumococos y el bacilo de la influenza, se reproduzcan y provoquen una infección que puede dar mayores molestias o incluso desembocar en una complicación más grave, como bronquitis, neumonía, sinusitis e infecciones de oído.
No es frecuente que las infecciones de las vías respiratorias sean de origen bacteriano, pero sólo un médico puede determinarlo y en su caso ofrecer un tratamiento específico. Es por esto que es muy importante dar seguimiento a las visitas periódicas al pediatra y ante síntomas de gripa es indispensable consultarle y nunca automedicar.