Viajar y salir de vacaciones es emocionante, pero el regreso a la rutina diaria puede ser más que desafiante para los adultos, pero ¿qué pasa con los niños? El síndrome postvacacional, asociado regularmente a los mayores, también afecta a los más pequeños. En el siguiente artículo exploraremos cómo este síndrome se presenta en los niños, además de ofrecer consejos para lidiar con él y facilitar una transición tranquila a las actividades cotidianas.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
El síndrome postvacacional es un malestar emocional y físico que se suele presentar al regresar a la rutina laboral después de las vacaciones; un trastorno adaptativo que se caracteriza por un cuadro similar al estrés. Y en niños puede manifestarse con irritabilidad, tristeza o resistencia a la rutina escolar o del día a día.
Estos síntomas, que a primera vista pueden parecer insignificantes, son señales de cómo los cambios abruptos en la rutina impactan el bienestar emocional y físico de los pequeños. De acuerdo la American Psychological Association, estos cambios en la rutina pueden provocar estrés en los niños, quienes no siempre tienen las herramientas para expresar o manejar sus emociones de manera efectiva.
Consejos para ayudar a los niños a volver a la rutina:
- Anticiparse al regreso: Días antes de que terminen las vacaciones se pueden comenzar a ajustar gradualmente los horarios de sueño y alimentación de los niños. Es decir, acostarlos y despertarlos en un horario cercano al que tendrán una vez que se vuelva a la escuela o guardería.
- Simular situaciones de la rutina: Simular aspectos o situaciones de la rutina escolar puede ser de gran ayuda. Por ejemplo: leer juntos un libro por la mañana o realizar juegos educativos.
- Siempre mantener el diálogo: Preguntarles cómo se sienten con el regreso a la rutina, así como escuchar activamente sus preocupaciones, puede ayudarles a procesar la ansiedad o tristeza que sientan en el momento.
La importancia de un buen entorno
Contar con un ambiente que transmita calma y seguridad es clave durante esta transición. Para ello, se pueden hacer ajustes que hagan el hogar más acogedor durante los primeros días de regreso a la rutina y, principalmente, ser constante con los tiempos de alimentación y sueño. También, la paciencia y ofrecer soporte emocional será fundamental, reforzando que es normal sentir tristeza o nervios después de las vacaciones.
Herramientas para ayudar a los pequeños
Hoy en día se cuentan con herramientas y recursos diseñados para ayudar a los pequeños a adaptarse a los cambios de rutina. Desde aplicaciones educativas o hasta libros, que incluyan juegos o hablen acerca del tema, pueden ser útiles.
El Child Mind Institute recomienda varias actividades que pueden ayudar a los niños a entender y gestionar sus emociones durante periodos de transición. Aquí te compartimos algunas de ellas:
Facilitar las transiciones con rutinas y herramientas prácticas: para niños que se resisten al cambio es útil establecer rutinas consistentes, como mencionamos anteriormente. Crear estructuras predecibles, como una rutina para dormir, puede ser reconfortante incluso para los más grandes.
Anticipación y conteo regresivo también ayudan: Además de las rutinas, el aviso y cuentas regresivas son buenos apoyos; informarles con tiempo qué pasará a lo largo del día y usar cuentas regresivas (20, 10 o 5 minutos) entre actividades les permite a los pequeños prepararse emocionalmente.
La música, otra gran aliada: canciones para ordenar, vestirse o lavarse los dientes hacen que las transiciones sean más divertidas y llevaderas, especialmente para los más pequeños.
Apoyos visuales: como dibujos o esquemas que les muestren qué esperar en una transición. Aunque son comunes en los salones de clases, también pueden usarse en casa.
Asegurarse de tener su atención: es clave, especialmente en niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Establecer contacto visual, hablar cerca de ellos o pedirles que repitan lo dicho evita confusiones y frustración.
Recompensas: como stickers, bocadillos saludables o sistemas de puntos pueden motivarlos. Una vez que adoptan buenos hábitos, estas pueden eliminarse poco a poco.
Finalmente, elogiar las transiciones exitosas es fundamental. Ser específico y entusiasta con el reconocimiento fortalece la conducta positiva y motiva al niño a repetirla.
Mira el episodio 16 del Podcast de bbtips®: Sobreviviendo al primer vuelo con mi bebé
La paciencia es clave
Profesionales en psicología infantil recomiendan mantener siempre una actitud positiva y ser un modelo que seguir durante los periodos de cambio, ya que puede influir significativamente en cómo el niño percibe su propia capacidad de adaptación. Demostrar adaptabilidad y resiliencia le enseña a los pequeños a enfrentar los cambios de manera más efectiva y menos temerosa.
Sí, el síndrome postvacacional en niños es un fenómeno real que requiere atención y comprensión; no obstante, a través de estrategias adecuadas y la creación de un entorno de apoyo, los papás pueden ayudar a sus pequeños a realizar una transición tranquila de las vacaciones a la rutina del día a día. Con paciencia, comunicación y las herramientas adecuadas, los niños pueden aprender a gestionar y superar el estrés ligado con los cambios de rutina.
REFERENCIAS:
Síndrome postvacacional
¿Agobiado por el regreso a los afanes de la escuela?
https://www.apa.org/topics/schools-classrooms/afanes
¿Cómo podemos ayudar a los niños con las transiciones?
https://childmind.org/es/articulo/como-podemos-ayudar-los-ninos-con-las-transiciones
El síndrome postvacacional y los niños
https://www.guiainfantil.com/1175/el-sindrome-postvacacional-y-los-ninos.html