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Prevención de resfriado y gripe en bebés

Tiempo de lectura: 5 minutos

¿Te has preguntado alguna vez qué medidas podrías tomar para proteger a tu bebé de enfermedades como el resfriado o la gripe? Los bebés son especialmente vulnerables a este tipo de malestares debido a que su sistema inmunológico aún está en desarrollo y su capacidad para defenderse contra virus y bacterias es limitada. A pesar de que estas infecciones suelen ser leves, pueden generar complicaciones si no se toman las medidas adecuadas.

El resfriado común y la gripe son muy contagiosos y pueden propagarse rápidamente, por lo que es fundamental adoptar un enfoque preventivo para minimizar el riesgo de que los más pequeños se enfermen. En este artículo exploraremos las principales estrategias de prevención de estas enfermedades en bebés, proporcionando pautas prácticas y consejos esenciales para papás y cuidadores.

Importancia de la prevención

Sabemos que el resfriado y la gripe son causados por virus altamente contagiosos. Por tanto, prevenir este tipo de enfermedades respiratorias es crucial, ya que podrían evolucionar hacia problemas más serios, como bronquitis o neumonía, especialmente en bebés prematuros o aquellos con problemas de salud preexistentes.

Un bebé sano, en sus primeros meses de vida, depende enormemente del sistema inmunológico de su madre, que le transmite anticuerpos a través de la placenta durante el embarazo y, posteriormente, a través de la leche materna. A pesar de esta protección inicial, los bebés aún son vulnerables a una serie de virus, por lo que la prevención se convierte en la mejor defensa.

Actualmente existen muchas medidas clave que los papás podemos adoptar para reducir el riesgo de que nuestros bebés contraigan estas enfermedades y podamos proteger su salud a largo plazo.

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Cómo fortalecer el sistema inmunológico del bebé

Es importante destacar que el sistema inmunológico del bebé no tiene la misma capacidad que el de un niño o adulto para combatir infecciones. Por fortuna, existen formas de fortalecer la inmunidad del bebé desde su primer día de vida, a través de:

  • Lactancia materna. La leche materna contiene anticuerpos, enzimas y células inmunológicas que protegen al bebé contra una variedad de infecciones. Esta también ayuda a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y de otros tipos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ya que esta es la etapa en la que el bebé más necesita los nutrientes y defensas que la madre le transmite. A partir de los seis meses, la introducción de alimentos complementarios puede ayudar a mejorar la inmunidad, especialmente aquellos ricos en vitaminas C y D, como frutas (naranjas, fresas) y vegetales (brócoli, espinacas).

  • Vitaminas y suplementos. En algunos casos, los pediatras pueden recomendar suplementos vitamínicos, especialmente en bebés que no están recibiendo suficiente exposición al sol para la producción de vitamina D o que no están consumiendo alimentos ricos en esta vitamina. La vitamina D es esencial para un sistema inmunológico fuerte y también juega un papel importante en la prevención de enfermedades respiratorias.

Higiene adecuada en el hogar

Una de las formas más efectivas de evitar la propagación de virus es con una correcta higiene. En el caso de los bebés, la limpieza y desinfección de su entorno son fundamentales, ya que tienden a tocarse la cara, las manos y los objetos con frecuencia, facilitando la transmisión de gérmenes. Así que para lograr una buena higiene se recomienda:

  • Lavado de manos frecuente. La forma más simple y efectiva de evitar que los virus lleguen al bebé. Los cuidadores deben lavarse las manos con agua y jabón antes de tocar al pequeño, preparar su comida o cambiarle el pañal. Además, es importante enseñar a los niños mayores a lavarse las manos correctamente para reducir el riesgo de contagio.
  • Desinfección del entorno y de los objetos del bebé. Los juguetes, el cochecito, las superficies donde el bebé juega o descansa deben desinfectarse regularmente, ya que son puntos de contacto frecuentes. Los chupones, biberones y otros objetos que el bebé puede llevarse a la boca también deben limpiarse con agua caliente y jabón, o con productos adecuados para su desinfección.

Evitar el contacto con personas enfermas

Debido a que los virus que causan el resfriado y la gripe son altamente contagiosos, y los bebés son más susceptibles a ellos, es importante:

  • Proteger al bebé en espacios públicos. Evitar lugares cerrados donde haya mucha concentración de personas también puede ayudar a prevenir infecciones. Si es necesario salir de casa, es recomendable usar un cochecito con protección para evitar que el bebé se exponga a gérmenes innecesarios.
  • Tomar medidas precautorias. Si alguno de los cuidadores del bebé está enfermo, es esencial que use una mascarilla para reducir el riesgo de transmisión. Así mismo, deberá limitar el contacto con el bebé si presenta síntomas de enfermedades respiratorias, como tos, estornudos o fiebre.

La importancia de la vacunación

La vacunación es una de las formas más efectivas de proteger al bebé contra enfermedades graves, incluida la gripe. Si bien los bebés menores de seis meses no pueden recibir la vacuna contra la gripe, es vital que los miembros del hogar estén vacunados. Esto crea una barrera de protección en torno al bebé, conocida como inmunidad colectiva.

  • Vacunas recomendadas. Durante los primeros meses de vida se recomienda incluir las vacunas de la difteria, tétanos, tos ferina, polio, neumococo y Haemophilus influenzae tipo b (Hib). A medida que el bebé crece, las vacunas contra la gripe y el sarampión también se incluirán en su calendario de vacunación.

Control de la temperatura y la humedad del ambiente

¿Sabías que el aire seco y frío puede aumentar la irritación en las vías respiratorias del bebé? Esto es una entrada fácil para los virus. Una buena opción para evitar la resequedad en esta parte del cuerpo es manteniendo el hogar a una temperatura agradable (entre 20°C y 22°C) con un humidificador en la habitación del pequeño. De hecho, un ambiente bien ventilado también es esencial para reducir la concentración de virus en el aire. Sin embargo, es importante evitar las corrientes de aire directo que puedan afectar al bebé.

Evitar el humo del tabaco

Otro factor que es especialmente dañino para los bebés, es el humo del tabaco, ya que debilita su sistema respiratorio y aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias graves. Los pequeños que son expuestos a ello obtienen más probabilidades de sufrir infecciones respiratorias, asma y otros problemas de salud.

Reconocer los síntomas de alerta

Aunque el resfriado común y la gripe suelen ser leves, es importante estar atentos a los síntomas que puedan indicar complicaciones. Algunos signos de alerta incluyen:

  • Fiebre alta y persistente. Si no baja con medicamentos adecuados o dura más de 48 horas.
  • Dificultad para respirar. Si el bebé tiene problemas para respirar, presenta sibilancias o se muestra muy agitado.
  • Pérdida del apetito y deshidratación. Si el bebé no quiere alimentarse y muestra signos de deshidratación, como labios secos o piel que no se recupera rápidamente al pellizcarla.
  • Irritabilidad excesiva. Si el bebé está más irritable de lo habitual o llora constantemente sin consuelo.

Si observas estos síntomas, es importante contactar a un médico para obtener atención adecuada.

Recuerda, prevenir resfriados y gripas en los pequeños requiere un enfoque integral que involucra la higiene, el fortalecimiento inmunológico, la protección contra la exposición a virus y la vacunación. Aunque no se puede garantizar que un bebé nunca se enferme, implementar estas medidas puede reducir considerablemente el riesgo de infecciones graves y asegurar un desarrollo saludable.

No olvidemos que la colaboración entre padres, cuidadores y profesionales de la salud será esencial para mantener a los bebés seguros y saludables durante sus primeros años de vida.

Referencias:

UNICEF. (s.f.). Lo que debes saber sobre las vacunas infantiles. Recuperado de https://www.unicef.org/parenting/es/salud/lo-que-debes-saber-sobre-vacunas-infantiles

Children’s Health. (s.f.). Resfriado común en bebés. Recuperado de https://es.childrens.com/health-wellness/common-cold-in-babies

McCarthy, C. (2021, septiembre). La lactancia maternal favorece al sistema inmunitario de su bebé. HealthyChildren.org. Recuperado de https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/baby/breastfeeding/Paginas/breastfeeding-benefits-your-babys-immune-system.aspx

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