Se le conoce como embarazo a término al embarazo en el que el producto de la concepción tenga entre 39 a 40 semanas a partir de la fecha de inicio de la última regla. Cuando esta fecha se sobrepasa se conoce como parto tardío, mientras que al producto con una gestación menor a 37 semanas se denomina parto prematuro. En el presente artículo, tocaremos el tema de los partos tardíos y de los partos prematuros, así como sus precauciones y cuidados del bebé en cada caso.
Parto a término
Se considera un parto a término aquel que se produce de un embarazo con una evolución de 39 a 40 semanas y seis días. Se ha determinado que a partir de la semana 39 el producto ha terminado el desarrollo pulmonar, hepático y cerebral, lo que redundará en una mejor salud y menor cantidad de complicaciones. Uno de los problemas más frecuentes es la de inmadurez pulmonar, lo que puede condicionar la aparición de síntomas respiratorios.
Parto tardío
Si el parto se lleva a cabo entre el periodo de 41 semanas exactas a 41 semanas y seis días del embarazo, se denomina parto tardío, lo más frecuente es que se deba a un cálculo erróneo de la fecha de la última regla. No existe sintomatología en la mayoría de los casos, sin embargo, es necesario que se instituyan medidas de evaluación, tanto en parámetros fetales como con la madre, entre estos tenemos aquellos que miden la frecuencia cardiaca en el feto, cantidad de líquido amniótico o monitorear los movimientos del feto en el útero materno.
Parto prematuro
Contrariamente a lo que antes se realizaba, se considera un parto como prematuro cuando sucede dentro de las 20 y hasta las 37 semanas de gestación. A menor tiempo de desarrollo dentro del útero podrían presentarse mayor cantidad de complicaciones, debidas a la inmadurez orgánica del recién nacido.
Se puede presentar con una frecuencia de 12% (12 de cada 100 embarazos) y puede condicionar tanto la viabilidad del producto como la aparición de enfermedades que condicionan la calidad de vida del bebé y de la mamá. Es importante resaltar que se da de forma espontánea, ya que se inicia el trabajo de parto sin que se haya pasado las semanas correspondientes a un embarazo a término.
Recomendaciones
Lo primero que se recomienda, es llevar un control de las fechas de inicio del periodo menstrual, lo que dará un panorama más amplio de las posibles causas que modifiquen el desarrollo del embarazo; también es necesario que la madre preste atención a cualquier cambio en la movilidad del feto, sangrado ú otro síntoma que nos advierta de una anormalidad.
Sin embargo, lo más recomendable es que te apoyes con tu ginecólogo, quien determinará la fecha de parto más conveniente de acuerdo a tus características individuales por lo que si hay un signo de alarma, acude al hospital más cercano para una atención temprana.
REFERENCIAS
- Hernández Parra, Nachón García Gabriela. Conceptos básicos del embarazo prolongado: una revisión- Revista médica de la Universidad Veracruzana. Vol. 5 núm. 2 Julio- diciembre 2005 21-27
