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Los terribles y retadores dos años

Mamá con su bebé de dos años jugando
Tiempo de lectura: 2 minutos

Alrededor de los dos años de edad, el bebé entra en una etapa de su desarrollo caracterizada por berrinches, cambios bruscos de humor, preguntas incesantes y desafíos a los padres. A esta etapa del desarrollo se le conoce comúnmente como los terribles dos años. Estas actitudes son signos de cambios emocionales que suceden conforme el bebé intenta controlar sus acciones, sus sentimientos y su cuerpo, pero aún no tiene la madurez para hacerlo.

A esta edad se despierta en el niño una enorme curiosidad por conocer y explorar el mundo y ser independiente. Está descubriéndose a sí mismo, sus posibilidades y capacidades. Es por esto que los infantes de esta edad se niegan a recibir ayuda y pueden perder el control de sí mismos si las cosas no suceden como ellos quieren. Para sentirse seguros, el mundo de los pequeños debe ser previsible, rutinario y amoroso; y las cosas deben entrar en un orden que quizás para los adultos pudiera parecer absurdo, pero para los infantes es muy importante. Por ejemplo, una galleta debe estar completa, y no pueden ser dos mitades de galleta, porque esto rompe con su idea de cómo debe ser el mundo. 

Esto suele angustiar a los padres quienes ven que su bebé, de ser dulce, sonriente y dócil, pasa a ser berrinchudo, voluntarioso y desafiante; es parte de su sano desarrollo ya que aún no tiene control de sus impulsos emocionales y la única forma que conoce para manifestar su enojo es el berrinche y la explosión. 

Para sobrellevar esta etapa de la mejor manera y ayudar al bebé a madurar y continuar con su desarrollo emocional, mamá y papá deben tomar en cuenta lo siguiente:

Comunicación: Los padres o encargados del bebé deben tener una buena comunicación y establecer acuerdos acerca de su crianza.

Rutinas: Establecer una rutina para el bebé, que incluyan las actividades del día como la comida, el baño, la siesta o la hora de ir a la cama y cumplirla lo mejor posible. 

Berrinches: Evitar dejarse manipular por los berrinches, o ceder para que paren. Es mejor no hacerle mucho caso, y posteriormente cuando el niño se haya calmado, hablar con él acerca de cómo con gritos y berrinches no va a conseguir nada y es mejor usar las palabras.

Límites y consecuencias: es muy importante que el niño sepa qué se espera de él, de modo que es necesario establecer claramente los límites y las consecuencias que habrá si estos no se cumplen. Estas consecuencias deben ser adecuadas a su edad y establecerse con la disposición de cumplirlas, si los límites fueran rebasados. 

Cansancio y hambre: en lo posible, hay que tener en cuenta que, si el niño está cansado, tiene hambre o sueño, será más fácil que explote en un berrinche, por lo que hay que evitar estas situaciones.

Con paciencia, comprensión y flexibilidad los padres pueden disfrutar de esta etapa en la vida de su bebé y maravillarse con sus ideas, sus preguntas, su creatividad para resolver problemas y para conseguir lo que quiere. Esta etapa en la vida de tu bebé no volverá, así es que lo mejor es disfrutar cada momento de los retadores dos años. 

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