La actividad física y el ejercicio, en cualquier etapa de la vida, son hábitos que contribuyen a conservar la salud, mantener un peso adecuado, además de que nos ayudan a estar más relajados y felices.
Durante el embarazo, salvo que exista una condición específica y el médico determine que no debes realizar ejercicio, es importante hacer actividad física, acompañada de una dieta suficiente y saludable.
La mayoría de los especialistas recomiendan hacer las actividades físicas que se venían haciendo antes del embarazo, excepto si estas son deportes extremos o muy extenuantes, carreras de larga distancia, trabajos de pesas y de contracción isométrica intensos, saltos, ejercicios con riesgo de impacto y caídas, o que requieran recostarse boca abajo.
Continuar o empezar con actividad física moderada durante el embarazo ofrece beneficios como:
-Sentirse bien, con energía y control del cuerpo, además de que las endorfinas que se liberan dan una sensación de bienestar y felicidad general.
-Alivio a dolores de espalda y corrección de la postura, al fortalecer y tonificar los músculos de la espalda, los glúteos y las piernas.
-Prevención del estreñimiento, ya que favorece el movimiento intestinal.
-Sueño profundo y reparador, ya que mejora el estrés y la ansiedad.
-Prepara el cuerpo para el parto, ya que los músculos y el corazón estarán en un estado óptimo.
-Ayuda a recuperar la figura después del parto, especialmente si se continúa con la actividad física.
Algunos especialistas recomiendan realizar 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada a la semana, es decir, 30 minutos 5 días a la semana.
Algunos ejercicios y deportes adecuados para una mujer sana con un embarazo normal son:
-Caminar, pues previene problemas circulatorios, hinchazón de piernas y estreñimiento, además de que puede favorecer un parto natural.
-Andar en bicicleta puede ser relajante, además de que da tono a los músculos y mejora la circulación. Sin embargo, hacia el final del embarazo es mejor hacerlo en una bicicleta fija para evitar cualquier accidente.
-Natación y actividades acuáticas mejoran la circulación, tonifican, regulan la respiración y disminuyen el dolor lumbar. Dentro del agua el cuerpo se siente ligero, al tiempo que hay una resistencia que permite fortalecer los músculos sin riesgo de lesiones.
-Yoga, mejora la postura corporal y ayuda a prevenir dolores de espalda y trastornos como las hemorroides. Además, contribuye a eliminar la sensación de fatiga, la tensión nerviosa y asegura al feto una mejor oxigenación.
-Pilates son ejercicios muy completos. Es importante que no sean extenuantes y evitar las posturas o ejercicios que presionen el vientre o hagan perder el equilibrio.
-Ejercicios de Kegel para mantener los músculos del suelo pélvico flexibles y fortalecidos, ya que además de ayudar a prevenir la incontinencia urinaria, favorecen el trabajo de parto, la recuperación posterior y disminuyen las posibilidades de sufrir hemorroides.
Toda mujer embarazada debe mantener una estrecha comunicación con su ginecólogo respecto de este y cualquier otro aspecto o duda que surja.