Uno de los grandes retos de todos los padres es dar educación y formación a sus hijos, a través de establecer las reglas y los límites que regirán en su vida. Si un infante, de cualquier edad, se siente amado, guiado y conoce claramente lo que se espera de él, su autoestima será buena, tendrá un desarrollo emocional sano y favorecerá su crecimiento emocional.
Pero por otro lado, cuando en la vida de un niño no hay límites claros, esto les provoca angustia e intentará probar hasta dónde puede llegar, hasta cuándo sus padres van a reaccionar.
Recién nacido: Debes saber que cargar, mimar, amamantar y cuidar a tu recién nacido, no significa que lo estés malcriando. Todo lo contrario, estudios sugieren que el contacto físico y la presencia de mamá durante los primeros meses después de nacido, son indispensables para su futuro desarrollo y le dan un sentimiento de amor y seguridad.
De 4 meses a 2 años: Esta es una etapa de exploración y descubrimiento, los más pequeños llevarán a su boca todo lo que tengan al alcance de la mano y, conforme vayan creciendo y adquieran capacidad para moverse, las expediciones serán más amplias. A esta edad, el bebé aún no tiene sentido del peligro, por lo que los límites a esta edad tienen que ir orientados a su seguridad. Poco a poco, el nene debe conocer el significado de la palabra NO, pero si abusas de ella perderá sentido y lo tomará como un desafío.
Los terribles dos años: A esta edad los berrinches son comunes, y la manera de mantenerlos al mínimo es no prestar atención y distraer al chiquito. Es muy importante que distingas un berrinche o una pataleta del llanto real por incomodidad o dolor. Si no entras en el juego del berrinche de tu bebé, más pronto que tarde, se dará cuenta de que no funciona e intentará llamar tu atención de otras maneras.
Niños de 3 a 4 años: A esta edad, los bebés adquieren mayor independencia, y buscan probar sus capacidades constantemente, lo que puede llevarlos a sentirse enojados y frustrados. Debes explicarle a tu niño que está bien estar enojado, que a todos nos pasa, pero lo que no está bien es hacer groserías, aventar cosas o golpear. De este modo lo estarás ayudando a reconocer sus emociones y a controlar sus impulsos.
Los niños de esta edad ya pueden comprender que sus actos tienen consecuencias, por lo que es importante aclararles cuáles serán las consecuencias si tienen determinada conducta indeseable, y siempre hay que cumplirlas. También puede comenzar a tener ciertas obligaciones sencillas, como
recoger sus juguetes o poner la ropa sucia en la canasta; conforme crezca y se desarrolle, las obligaciones y tareas en casa podrán hacerse más complejas y con mayores responsabilidades.
Niños de 5 años: Alrededor de esta edad los niños adquieren un cierto sentido de consciencia y pueden comenzar a tener empatía por los demás. A partir de este momento puedes ayudar a tu hijo a ver el daño que haya causado una conducta indeseable en él y a ponerse en el lugar de los demás.
Niños a partir de los 7 años: Cuando un niño entra a primaria, responde mejor a los refuerzos positivos y a los estímulos hacia su buena conducta, más que a los regaños, por lo que a esta edad es mejor elogiar su buena conducta, alabar sus éxitos y sus logros, nunca condicionando el amor. Recuérdale siempre que, sin importar lo que haga, nunca dejarás de amarlo.