Casi todos los bebés presentan en algún momento rozaduras, durante sus primeros dos años de vida, aunque algunos son más susceptibles que otros. En la mayoría de los casos, con ciertos cuidados muy sencillos, las rozaduras desaparecen en tres o cuatro días.
La dermatitis del pañal, una forma más severa de rozaduras, es una irritación, en general dolorosa, en el área que cubre el pañal, y en algunos casos puede estar ligeramente hinchada o caliente. Pueden aparecer granitos rojos que se distribuyen por toda el área y en ocasiones aparecen ampollas, pústulas o llagas.
Las rozaduras y dermatitis de pañal pueden ser provocadas por múltiples factores, como:
Humedad: si su delicada piel se mantiene en contacto con pipí o popó durante más tiempo del conveniente, tenderá a rozarse, por lo que es recomendable cambiar el pañal inmediatamente después de que se ensucia.
Fricción: el contacto permanente de la piel contra la cubierta del pañal puede generar dermatitis en pieles sensibles, así como químicos contenidos en algunas toallitas húmedas.
Cambios en la dieta: con frecuencia aparece dermatitis de pañal en bebés que comienzan con papillas o cuando se introduce algo nuevo en su dieta, y es que cada nuevo alimento cambia la composición y frecuencia de sus deposiciones
Antibióticos: si el bebé o la madre lactante están tomando antibióticos es posible que desarrolle dermatitis, ya sea porque los antibióticos pueden causar diarreas o porque acaban con las bacterias benéficas que controlan la población de hongos en la delicada piel del bebé.
Para prevenir, y en su caso aliviar la dermatitis del pañal en tu bebé, es recomendable tomar estas sencillas medidas:
- Aplicar en cada cambio de pañal una crema a base de óxido de zinc en toda el área.
- Limpiar el área del pañal con un algodón húmedo cuidando no frotar demasiado. Si es posible, dejar que se seque al aire.
- Cambiar el pañal cada vez que lo ensucie y no ajustarlo muy apretado.
- Nunca utilizar pomadas o medicamentos que no estén diseñados para la delicada piel del bebé y bajo estricta vigilancia médica.
Si la piel parece haberse infectado es indispensable acudir al médico. Asimismo, si presenta ampollas, granitos con pus, secreción amarillenta o llagas. De igual manera, es necesario llamar al pediatra si el bebé presenta fiebre o si la irritación no mejora después de los tratamientos habituales.
Si el médico determina que las rozaduras son causadas por una infección bacteriana, es posible que recete un antibiótico y si la irritación ha sido causada por hongos, probablemente recete una crema contra los hongos que se aplicará sobre la zona afectada.