Aunque en México tenemos la costumbre de bañarnos y bañar a nuestros hijos todos los días, debes saber que en el caso de un recién nacido no es necesario, y con dos o tres veces a la semana es suficiente durante los primeros tres meses de vida.
Inicialmente, cualquier madre primeriza puede ponerse un poco nerviosa al darle un baño a ese pequeño que parece tan frágil, pero en pocos días dominará la técnica. En un inicio, si te sientes insegura o asustada, es mejor que alguien te acompañe y ayude.
Cualquier hora del día es buen momento para el baño del bebé; sin embargo, algunas madres experimentadas recomiendan que sea alrededor de las 6:00 de la tarde, un poco antes de su alimentación, para que estando limpio, abrigadito y un poco cansado, se alimente y duerma tranquilo.
Es muy importante que ubiques la tinita en un cuarto donde la temperatura no sea muy fría y que no entren chiflones de aire. Antes de desnudar a tu chiquito ten todo listo y a la mano.
- Toalla
- Esponja
- Jabón neutro
- Champú para bebé
- Crema o loción hidratante para bebé
- Pañal, ropita interior, mameluco y alguna manta
Es muy importante que rectifiques la temperatura del agua antes de meter a tu hijo. Rodea el cuello del bebé por la nuca, de modo que su cabeza quede apoyada en tu antebrazo y toma su bracito firmemente con tu mano. Con la otra mano lava suavemente su cuerpo comenzando por la cabeza y terminando en los genitales. Evita que el jabón entre a sus ojitos y si tiene lagañas una vez que esté completamente vestido podrás retirarlas con una gasa estéril.
Enjuágalo perfectamente con la ayuda de una esponja. Cuando esté limpio y enjuagado sácalo con ambas manos, cuidando en todo momento su cuellito. Colócalo sobre una toalla suave, para secarlo. Aplícale una crema o loción para bebé, ponle su pañal cuidando que el muñón umbilical quede fuera y vístelo inmediatamente para evitar que se enfríe.
Es posible que durante sus primeros baños, un recién nacido parezca incómodo y llore, ya que para él esta experiencia es nueva. Pero pronto, conforme vaya conociendo la tina con agua tibia, la suavidad de la mano enjabonada de mamá y los aromas, le irá gustando la sensación y en poco tiempo la hora del baño se convertirá en un momento esperado de placer, convivencia y de comunicación para ti y tu bebé.