El ABC del porteo seguro

Mamá cargando a su bebé
Tiempo de lectura: 2 minutos

El porteo, esa práctica que se ha realizado por años en diferentes culturas y épocas, cuenta con múltiples beneficios. Y es que cargar al bebé de esta forma establece contacto físico y emocional entre padres e hijos, o en su caso, personas cuidadoras. 

BENEFICIOS:

  • Al aumentar el contacto físico con la madre, padre o persona cuidadora, se fortalece la seguridad y el vínculo.
  • Se reduce el llanto. Un Estudio publicado en The Journal Pediatrics encontró que el porteo por tres horas al día reduce el llanto infantil en un 43% y en las horas antes de dormir un 54%.
  • Mayor calidad de sueño. Una niña o niño seguro y tranquilo duerme más tiempo y con mayor facilidad.
  • Potencia el apego seguro al ayudar a reconocer las señales de niñas y niños, atendiéndolas de manera anticipada y oportuna. Es decir, satisfacer las necesidades mejora el desarrollo y bienestar de niñas y niños, generando adultos independientes y seguros.
  • Mayor bienestar físico. Al regular la temperatura, optimizar el consumo de oxígeno y respiración, disminuir el reflujo gastroesofágico, favorer la expulsión de gases y deposiciones, se ayuda al desarrollo adecuado de la cadera y espalda, mejorando el desarrollo psicomotor, equilibrio y proporcionando una mayor tolerancia al dolor.
  • Previene la plagiocefalia postural o deformación de la cabeza.
  • Protege el desarrollo de las caderas y previene la displasia.
  • Promueve una mejor adaptación al entorno, ya que el contacto acelera el desempeño social del bebé.

Al realizar el porteo, toma en cuenta lo siguiente:

A: Aire, con buena circulación

Asegúrate de que tu bebito pueda respirar al mantener despejadas su boca y su nariz. Fíjate que estén alejadas de tu pecho y que haya espacio para que circule el aire alrededor de su carita. Mantenlo tan cerca de tu cara que puedas darle un beso en la cabeza y te quede todo el tiempo a la vista.

B: Buena posición, importante

Asegúrate de que el fular tenga el soporte adecuado para la edad de tu bebé, dependiendo de su nivel de control de cuello y tronco, y que no pueda sumirse o resbalarse. Lo ideal es que sus rodillas queden arriba de sus nalguitas, abrazándote, y que su peso se recargue en sus pompis y muslos.

C: Comodidad, clave

El fular o arnés que uses debe ser cómodo tanto para ti como para el bebé. Si no te sientes a gusto o segura cargándolo, o él se queja demasiado, busca a una asesora de porteo que pueda corregir tu técnica.

Fuente:
DIF: Manual por una crianza respetuosa de niñas y niños: https://dif.cdmx.gob.mx/storage/app/media/uploaded-files/V1.4_PorUnaCrianzaRespetuosa.pdf

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