Existen 4 factores que harán del cuarto de tu bebé el lugar perfecto para dormir, estos son: oscuridad, ruido, temperatura y seguridad. En este blog te voy a explicar a detalle cómo influye cada uno de ellos a la hora de dormir y qué debes de hacer para sacarles el mayor provecho.
Oscuridad
Cuando los ojos de tu bebé detectan obscuridad mandan una señal al cerebro y este empieza a segregar melatonina (la hormona del sueño) que ayudará a que tu bebé se sienta cansado, permitiendo que concilie el sueño más fácil.
¿Qué tan obscuro debe de estar? Totalmente obscuro, una prueba casera para saber si está lo suficientemente obscuro es extender tu brazo frente a ti y abrir la palma de tu mano, si alcanzas a ver tu mano entonces no hay suficiente oscuridad.
Ruido
Contrario a lo que muchos piensan, los bebés no deben dormir en absoluto silencio; tampoco significa que el ambiente ideal sea en medio de una fiesta o con música a todo volumen, pero sí hay un sonido que ayudará a que se mantenga dormido por más tiempo:
El Ruido Blanco o White Noise es el único sonido que se ha comprobado ayuda a dormir a los bebés, se escucha más o menos como un ventilador y simula el ruido del torrente sanguíneo que tu bebé escuchaba cuando estaba en tu vientre. Este sonido no tiene notas altas ni bajas, sino que es muy constante, ayudando al cerebro a disminuir los estímulos y además sirve como aislante de ruidos externos.
Es importante que este ruido no tenga interrupciones y dure toda la noche o toda la siesta.
Temperatura
Uno de los factores más comunes que causan despertares nocturnos es el frío o el calor, ambos causan incomodidad en el bebé y provoca que despierten durante la noche. Sé que es difícil controlar la temperatura de una habitación, sobre todo en las noches que suele bajar, pero te recomiendo que busques que a la hora de acostar a tu bebé la temperatura sea similar o igual a la de la madrugada ¿cómo? Utilizando un ventilador, por ejemplo, y apagándolo después de cierto tiempo; o bien, si tienes aire acondicionado, ¡mucho mejor!
¿Qué temperatura es ideal? Aunque no lo creas, todos dormimos mejor cuando hace un poco de frío, así que 18-22 grados centígrados es ideal para acostar a tu bebé, solo recuerda ponerle las capas de ropa necesarias para mantenerlo abrigado por las noches, recuerda que las cobijas y sábanas no están recomendadas, pues pueden ser causa de asfixia y justo de aquí parte el último punto.
Seguridad
Por último, pero quizás lo más importante, es siempre crear un ambiente de sueño seguro para tu bebé.
La Academia Americana de Pediatría ha establecido algunas recomendaciones para lograrlo y así disminuir el riesgo de muerte de cuna y son básicamente dos:
1.- Que el bebé duerma en su propio espacio, incluso si hace colecho es importante que no duerma en la cama de mamá y papá, las cunas colecho son la mejor opción.
2.- Ningún objeto dentro de la cuna. Nada de almohadas, juguetes, bumpers, sábanas ni cobjias. Lo único que debe de tener la cuna es un colchón y una sábana cajonera que esté perfectamente ajustada.
Respecto al número dos, para evitar que tu bebé pase frío es recomendable que utilices saquitos para dormir, hay de diferentes telas que servirán como cobijas y mantendrán a tu bebé a la temperatura ideal, puedes agregar las capas que sean necesarias de ropa debajo de este saquito.
Para concluir, un ambiente de sueño ideal debe de ser siempre el mismo para las siestas y para las noches, verás que con estos pequeños ajustes en tu rutina lograrás grandes cambios en el sueño de tu bebé.
Por Michelle Grinberg
Especialista en Sueño Infantil
