En ellos encontrarás una infinidad de dibujos de flores, muñecos y animales, etcétera, para que tu bebé lo coloree, incluyendo pintura y pincel.
También hay libros que contienen pinturas apropiadas para que pinten con sus propios deditos y manos. Lo importante es utilizar diferentes materiales, texturas y colores para que tu bebé vaya poco a poco descubriendo un mundo lleno de creatividad que estimula su imaginación y concentración.
A partir del momento en que el bebé consigue sujetar un lápiz en la mano, podrá empezar a hacer garabatos, a dibujar y a pintar. Es uno de los ejercicios que más consigue satisfacerlo. Recuerda que no debes dejarlo nunca solo pintando, nunca se sabe lo que puede ocurrir con un lápiz o un bote de pintura, así que mejor echarle un ojo a tu pequeño.
No olvides que tu hijo aprende la gran mayoría de las cosas por imitación. Si enseñas al bebé cómo funciona eso de pintar y dibujar, haciéndolo con él al principio, pronto cogerá solito los colores para crear sus propias obras de arte.
A través de la pintura los niños estimulan su imaginación, descubren los colores, las formas y los trazos. Tu hijo podrá expresar dibujando sus sentimientos y experiencias dando rienda suelta a su creatividad y comunicación, lo que es tremendamente positivo para su desarrollo.