La pérdida de un hijo, ya sea por muerte gestacional o a los pocos días de haber nacido, es un episodio difícil tanto para los padres como para toda la familia; una etapa triste que viene acompañada de un duelo y que en muchas ocasiones requiere de un apoyo psicológico y emocional.
De unos años a la fecha, a los pequeños que llegan a la familia, tras la pérdida un hijo anterior, se les suele denominar ‘niños arcoíris’. Pero, ¿por qué se les dice así? Les explicamos:
Se les llama ‘niños arcoíris’ porque como se suele decir coloquialmente, tras la tormenta, llega la calma. Luego de un momento doloroso, sale el sol y se ilumina el cielo con un arcoíris. Y es justo lo que representa la llegada de estos pequeños: esperanza, ilusión y un nuevo sentido a la vida de los padres.
Si bien el término ‘niño arcoíris’ no está comprobado científicamente, sí se suele utilizar frecuentemente con el arribo de nuevos pequeños a la familia, en especial partir de los años 2000, ante la situación antes descrita.
¿Qué características tienen los ‘niños arcoíris’?
-Generosos
-Amorosos
-Tiernos
-Sensibles
-Cariñosos
-Espirituales
Además, se menciona que estos pequeños tienen otras cualidades especiales, como la capacidad de transformar las emociones negativas en positivas, son resilientes, y destacan por su gran creatividad, perseverancia y dinamismo.
Hay que darle su lugar a cada pequeño
Un aspecto importante que destacan los expertos en tanatología y psicología, es darle su lugar al niño perdido, no negar su existencia, ya que un ‘niño arcoiris’ no cumple la función de un sustituto.
La llegada de un nuevo bebé, tras la pérdida de un hijo anterior, implica muchos sentimientos encontrados, pues por un lado está la emoción de tenerlo, pero por otro el miedo de perderlo. Recuerda siempre apoyarte en especialistas para lidiar con estos momentos, pues su tranquilidad será primordial.